octubre 20, 2025

Elecciones 2025: la gobernabilidad del oficialismo será el pilar que definirá el futuro de los activos argentinos

Por Quinto

El resultado del domingo 26 de octubre definirá la capacidad de gestión del Gobierno y el futuro de los activos locales. Analizamos los riesgos y oportunidades para bonos, acciones y el dólar en la etapa post-electoral.

Elecciones 2025: la mejor estrategia para posicionarse

El estancamiento de la actividad, la lenta recomposición del poder adquisitivo y una seguidilla de cimbronazos políticos limaron la imagen del oficialismo en las últimas semanas. En lo que va del año, el Índice de Confianza en el Gobierno de la UTDT acumula una caída de 27%, ubicándose en mínimos de la gestión. En el plano macroeconómico, hubo presiones sobre el dólar que forzaron al BCRA y al Tesoro a vender reservas, lo que planteó dudas respecto de la sostenibilidad del esquema de bandas cambiarias hacia adelante.

En este contexto, el respaldo financiero de Estados Unidos emergió como un factor disruptivo al ofrecer un ancla para estabilizar expectativas en el corto plazo. Sin embargo, este apoyo no garantiza por sí solo una recuperación sostenida de los activos argentinos. Para que el rally en acciones y soberanos se consolide, dos pilares adicionales deben alinearse: estabilidad macro para recomponer reservas y gobernabilidad para ejecutar reformas. La primera dependerá de ajustes en la política cambiaria que permitan corregir el desequilibrio externo; la segunda, del resultado electoral del 26 de octubre, que definirá cuán ordenado puede ser el proceso de normalización económica.

El mal desempeño electoral de La Libertad Avanza (LLA) en PBA fue interpretado como un anticipo de lo que podría ocurrir a nivel nacional y acentuó las tensiones políticas y financieras, con mayor presión sobre los bonos soberanos y el tipo de cambio. Lo cierto es que la historia no predice una correlación directa entre los resultados nacionales y los provinciales, por lo que todavía nada está definido. En última instancia, la elección nacional está supeditada a una mejora en la performance relativa en el conurbano y una buena elección en el interior del país, pero su lectura trascenderá lo político: será una señal sobre la capacidad del Gobierno de sostener su programa hacia adelante. La ayuda directa de Estados Unidos puso cierto piso a la valuación de los activos y un techo al tipo de cambio, pero es importante recuperar margen de gobernabilidad para que el apoyo de Washington se transforme en un cambio estructural y no solo en un puente de corto plazo.

Escenarios a Junio 2026: ¿Qué esperar?

En lo que sigue, se detallan dos escenarios con horizonte a mediados del próximo año para analizar el comportamiento de distintos activos. Se recalca que los mismos son meramente indicativos al efecto de hacer cálculos, puesto que lo que efectivamente suceda puede ser una combinación intermedia de ellos o, incluso, un contexto aún más extremo.

Optimista: el Gobierno logra un resultado electoral mejor al esperado, permitiéndole recomponer gobernabilidad y la agenda pública. Este marco le dará poder para sostener vetos e impulsar reformas estructurales. No obstante, el esquema de bandas cambiarias probablemente sea revisado en línea con el target de acumulación de reservas acordado con el FMI. Nuestro escenario prevé un tipo de cambio similar al de mediados de 2018, lo que sería consistente con una mejora en el saldo de la cuenta corriente y capacidad del BCRA de acumular divisas. Suponemos unos $1.750 a junio de 2026. En este escenario, el programa económico vuelve a encarrilarse, la reducción en la incertidumbre política, mejora del tipo de cambio real y respaldo del gobierno de Estados Unidos sientan las bases para una recuperación de los activos y acceso al mercado de deuda en el primer semestre de 2026.

En este escenario, la renta variable y los soberanos largos serán los grandes ganadores, aunque los bopreales serie 4A y 4B también lo harán bien.

Pesimista: el oficialismo registra un mal resultado electoral, con un porcentaje de votos a nivel nacional cercano al 30%, lo que implica un menor respaldo popular para imponer agenda en el Congreso. Este contexto dificultará el avance de reformas estructurales y facilitará que la oposición promueva más leyes que comprometan el resultado fiscal. Es esperable un deterioro inicial de los activos y que los inversores tiendan a acelerar el proceso de dolarización de sus portafolios, lo que pondrá presión sobre las reservas del BCRA y forzará una modificación rápida del esquema cambiario. No obstante, el respaldo de Washington, que esperamos se mantenga durante todo el mandato, será un factor de equilibrio. Bajo este escenario, suponemos un tipo de cambio en $2.200 para junio de 2026 y un nuevo castigo para los bonos soberanos y renta variable. Todavía quedarán dos años de mandato por lo que el gobierno tendrá tiempo para hacer ajustes al programa y revertir esta dinámica. En un contexto con turbulencias, el apoyo de EEUU puede volverse más gravitante.

Bajo este panorama, lo más conservador será posicionarse en activos de alta calidad y, en el caso de la renta fija, de corta duración, lo que dará margen para realizar ajustes tácticos. Recomendamos una selección de obligaciones negociables de compañías líderes en su rubro con bajos niveles de apalancamiento, bopreales y activos internacionales, minimizando en esta última instancia el riesgo argentino.

Si bien enfatizamos un mayor posicionamiento en instrumentos con cobertura cambiaria, en ambos escenarios los bonos CER o Duales TAMAR lo harán relativamente bien. De acuerdo con nuestros supuestos macroeconómicos, proyectamos retornos moderados en el escenario optimista y pérdidas acotadas en el pesimista.

Comportamiento proyectado en activos seleccionados

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